lunes, 12 de septiembre de 2016

habla chucho...


A ver si os veis reflejados en una situación como esta...Estás tomando algo con alguien, te está contando sus cosas, poniéndoos al día. Os veis de allá para cuando y tenéis toneladas de cosas que contaros, estáis bien sincronizados, lo primero es la educación, primero habla uno y después el otro. Que bien lo habéis pasado, que rato más estupendo, los dos habeis podido contarle vuestras cosas al otro que os ha escuchado con atención. Pero, seguro que la realidad ha sido así? Como siempre primero mira en tu interior, cuando tú amig@ hablaba, estabas realmente prestándole toda tu atención?

Cuando conversamos con alguien nuestra atención suele estar puesta en la respuesta que vamos a dar o lo que vamos a decir sobre ´nuestro libro´ cuando nos toque hablar; eso sin contar otras fuentes de ´ruido´ como la tele, la radio, conversaciones a nuestro alrededor o nuestros propios pensamientos o molestias físicas. Con todo eso, quien podría prestar atención a lo que nos dicen?

El principal escollo para la ´escucha activa´ no es lo que nos rodea, sino nosotros mismos, nuestra mente, siempre maquinando, distrayéndose...Si lo pensamos, lo que podamos contar a otros, ya lo sabemos, son experiencias que hemos vivido o nos han contado otros.

Cuando alguien nos cuenta algo que es duro para esa persona, normalmente no busca consejo, si es así seguro que nos lo dejará claro, lo que quiere es que le escuchemos, necesita apoyo moral, sentir que no está solo.

Elige escuchar con tu Ser, trata de ir más allá de las palabras, siente a esa persona....es el mejor regalo que podemos hacer a otro.




jueves, 11 de agosto de 2016

Desmotivate ahora

Cuando vemos un niño pequeño podemos apreciar su inocencia, su ilusión por todo, como se concentran para tareas ridículas a nuestros ojos de adulto. Tratamos de rememorar cuando éramos así, ¿lo fuimos alguna vez?....Sin duda si, lo fuimos, pero, ¿qué queda de todo aquello que incluso nos sorprende cuando de vez en cuando nos sentimos ilusionados por nimiedades? No ha cambiado nada, eso está dentro de nosotros, tan solo hay que recordarlo.
 
A partir de los 7 años (según la teoría de los septenios) los niños desarrollan más su mente. El desarrollo de la mente no es tan solo neuronal y de raciocinio, también la personalidad y prejuicios crecen exponencialmente. Y los niños cada vez empiezan a perder esa ilusión, esa concentración en todo lo que hacen...empiezan a comportarse como adultos. Algo similar ocurre con las cosas, en la niñez comenzamos a recolectar nuestros juguetes, ropa,....El concepto "mío" aparece para acompañarnos toda nuestra vida.

Según crecemos cambia nuestro aspecto, nuestras metas, nuestros sueños. Cambian tan rápido en ocasiones, que ni siquiera sabemos cómo ha pasado. Nos vestimos y hablamos conforme a un rol que cambia en función de la persona con la que estamos.

Entonces, ¿quién soy en realidad?, tengo que ser ese que todos ven; me distingue mi edad, sexo, raza, profesión, cultura, creencias, estudios, el equipo de futbol del que somos...si, eso debo ser...Cuando alguien te pide que hables sobre ti siempre describimos ese tipo de cosas.

¿Somos todo eso? ¿Y si de repente algo cambia? ¿Si perdemos el empleo?, ¿Perdemos un ser querido?, ¿Sufrimos un accidente?...En cualquiera de esos casos, ¿seguimos siendo los mismos? En situaciones como esas, a veces, se produce un dolor extremo, caemos en una depresión, nos enrocamos ante la vida, ante los demás y terminamos enfermos o hundidos, cansados de vivir. En momentos como ese de desmotivación absoluta puede ocurrir que la mente deje un lado a nuestro Ser y veamos la vida de otra manera, viviendo el presente. Quién no ha escuchado casos así, de personas que han estado al borde de la muerte o han sufrido hasta el límite y después han cambiado radicalmente. Se ha descubierto a si mismo sin capas (personalidad, prejuicios, deseos,..).

Pero, ¿es necesaria esta desmotivación absoluta, este dolor extremo, hundirse asi, para producir ese cambio?....La respuesta está dentro de nosotros, no hace falta preguntar a nadie ni buscarla en el exterior. Podemos Vivir desde este momento...en este momento. Dejar de esperar que ocurra algo en nuestras vidas para realmente vivirlas.

Habréis oído hablar del mindfulness o atención plena, los cursos, talleres o conferencias sobre este tema...en mi opinión pueden servir de ayuda, de herramienta, pero finalmente siempre dependerá de nosotros. por eso, desmotivate ahora! nos esperes que llegue una desgracia que cambie radicalmente tu vida, hazlo ya con tu vida actual, con las personas con las que la compartes, deja de vivir y Vive de verás, siente el momento presente, apártate del pasado y del futuro porque no existen solo existe este instante allá donde estés.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Expectando

Estamos cambiando constantemente, todo a nuestro alrededor lo hace, y sin embargo el cambio nos asusta. Deberíamos estar acostumbrados ya pero no es asi, no queremos hacerlo, preferimos seguir viviendo entre expectativas que nunca ocurren como nosotros esperábamos, no es posible porque nosotros vamos cambiando al mismo tiempo y nuestras expectativas también, es una lotería que finalmente se cumplan.

No solo creamos expectativas para grandes cosas, lo hacemos para todo, lo cotidiano y minucias sin sentido. Esto nos entretiene pero a la vez causa un sufrimiento constante del que no solemos darnos cuenta pero que menoscaba nuestra tranquilidad emocional.

Tratamos de controlar lo incontrolable, el futuro. Es como un juego constante al que nos permitimos jugar, como si fuera gratis y no tuviera repercusiones.

Como puede que hayas oido antes, lo que reduce las expectaciones es la experimentación, vamos lo que es vivir sin esperar nada. Algo que en apariencia es sencillo no puede ser más complicado. El problema es que tenemos al enemigo en casa, nuestra mente, esa juguetona empedernida. Por ello no es posible hacerlo de golpe, no es como cambiar el "chip", aunque dándonos cuenta realmente ya lo hemos hecho, hemos dado el primer paso para cambiarlo; como siempre, el primer paso para resolver algo es saber que está pasando.

Si observamos esos pensamientos sobre la realidad futura que deseamos y sobre cómo queremos que discurran los acontecimientos, desde esperar que llegues al andén y justo en ese instante llegue el metro, hasta que te caiga lo que te sabes en un examen o que el bulto que nos han encontrado sea benigno; veremos que todos tienen algo en común, son imprevisibles y van y vienen (como Jeff Foster dice: "como olas en el océano").

Así que así es cómo pasa, tan sencillo, así es como se experimenta, en lugar de involucrarnos en las expectativas casi constantes que nos invaden, las vemos venir e irse, sin analizarlas. Observamos las emociones que causan en nosotros, más allá de los pensamientos, el poder que tienen sobre nosotros que nos hacen incluso temblar, tensionarnos o reírnos.

Esa observación al principio será ocasional, de repente te das cuenta de que está ocurriendo de nuevo y miras cara a cara ese pensamiento y las emociones que te causa, y de nuevo te ves sumido en la expectación, sin darte cuenta formas parte de ella. Pero es solo el principio del fin de su poder sobre ti, comenzará a ocurrir más a menudo y te percataras de cómo es algo que va y viene pero que no son tú, tú eres quien las observas.